El bloqueo estadounidense contra Cuba debe acabar

El bloqueo a Cuba: una injusticia global que debe terminar

El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba por más de seis décadas es una de las políticas más crueles y obsoletas de la historia moderna. No solo viola los principios básicos del derecho internacional y la soberanía de los pueblos, sino que también constituye un acto de guerra económica que afecta directamente al bienestar de millones de cubanos. Peor aún, varios gobiernos europeos, en lugar de oponerse a esta medida ilegal, la acatan y colaboran con su implementación, convirtiéndose en cómplices de un sufrimiento innecesario.

Un bloqueo inhumano y fallido

Desde su imposición en 1962, el bloqueo estadounidense ha buscado asfixiar a la economía cubana, privando al pueblo de medicamentos, alimentos, combustible y tecnología. Según Naciones Unidas, esta política ha costado a Cuba más de 150.000 millones en pérdidas acumuladas, un número que sigue creciendo cada año. A pesar de las promesas de flexibilización en algunos períodos, la administración estadounidense ha recrudecido las sanciones, incluso en medio de una pandemia global, cuando Cuba necesitaba más que nunca acceso a recursos médicos.

El objetivo declarado del bloqueo ha sido forzar un "cambio de régimen", pero después de más de 60 años, lo único que ha logrado es fortalecer el espíritu de resistencia del pueblo cubano. En lugar de doblegar al gobierno, ha dañado a familias, enfermos y niños, demostrando que no es una herramienta de "presión política", sino un castigo colectivo prohibido por la Convención de Ginebra.

La complicidad de Europa

Mientras la mayoría de los países del mundo condenan el bloqueo en la Asamblea General de la ONU (como lo demuestran las votaciones anuales, donde solo Estados Unidos e Israel suelen votar en contra de su levantamiento), algunos gobiernos europeos actúan en silencio para no contrariar a Washington. Empresas europeas son multadas o amenazadas con sanciones si comercian con Cuba, y bancos europeos cierran cuentas de ciudadanos y empresas cubanas por miedo a represalias estadounidenses.

Esta sumisión es inaceptable. Europa, que se presenta como defensora de los derechos humanos y el multilateralismo, debería liderar la oposición al bloqueo en lugar de plegarse a los intereses de Washington. Países como España, Francia y Alemania tienen la obligación moral y política de defender sus principios y no convertirse en cómplices de una política que ha sido condenada por la comunidad internacional en 30 ocasiones consecutivas en la ONU.

Un llamado a la solidaridad internacional

El bloqueo contra Cuba no es solo un tema bilateral entre La Habana y Washington; es un asunto de derechos humanos y justicia global. Los pueblos del mundo deben alzar su voz para exigir:

El fin inmediato e incondicional del bloqueo estadounidense.

Que los gobiernos europeos dejen de acatar las sanciones extraterritoriales y defiendan su independencia política.

Mayor solidaridad con Cuba, incluyendo el comercio justo y la cooperación sin interferencias.

La resistencia cubana ha sido ejemplar, pero ningún pueblo debería ser obligado a vivir bajo un asedio económico injusto. Es hora de que la comunidad internacional actúe con firmeza y exija el fin de esta política cruel. 

¡Basta de bloqueo!

Europa por Cuba - Editorial 

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