Por Patricio Montesinos.- China y Rusia, con sus socios del eje de bien, deben tomar las riendas de este mundo que agoniza por responsabilidad de EE.UU. y sus débiles y serviles aliados de Europa occidental.
La XXV Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) que se celebra en Beijing es una excelente ocasión para que el gigante asiático y Moscú tomen el mando de nuestro planeta frente al desorden imperial impuesto por Washington.
A ese importante cónclave asisten mandatarios de los 10 países miembros de la OCS; China, Rusia, Bielorrusia, India, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán.
Además, están invitados a Beijing dignatarios de varias naciones, como los de Türkiye, Mongolia, Indonesia, Laos, Malasia, Egipto, Cuba, República Democrática Popular de Corea, y el secretario general de la ONU, entre otros, que deben participar en los festejos por el 80 aniversario de la victoria de China en la guerra de resistencia contra la agresión japonesa, durante la segunda conflagración mundial.
Acorde con analistas, esa cita está llamada a desencadenar un nuevo orden global hacia un enfoque multipolar más equitativo y justo.
Los mismos expertos coinciden en que es hora de detener a la actual administración de la Casa Blanca en su desenfreno sin límites por querer imponer su dominio internacional.
El régimen del presidente Donald Trump protagoniza guerras de aranceles, amenaza con intervenciones militares, patrocina el genocidio israelí en Palestina, aplica bloqueos y sanciones, y chantajea a países con asuntos como el narcotráfico y la emigración.
En su desesperación y locura, Trump, por estar en conflicto lo está incluso en su propio territorio, militarizando grandes ciudades como Washington, Los Ángeles, y Chicago, donde gobiernan sus contrincantes del Partido Demócrata.
Únicamente unidos y solidarios, con el protagonismo de grandes potencias como China y Rusia, se puede acabar con la enfermiza hostilidad de EE.UU., porque de lo contrario la especie humana y el planeta tierra desaparecerán.
Sin duda alguna la Cumbre de la OCS en Beijíng es un escenario oportuno y relevante para lograr el antídoto contra Trump.
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