En el panorama de la solidaridad con Cuba en Europa, coexisten dos fuerzas con un objetivo común: el apoyo al Pueblo cubano frente a la agresión del imperio a la isla. Por un lado, están las organizaciones de solidaridad, compuestas por ciudadanos europeos movidos por la justicia social y la admiración por Cuba y su resistencia. Por el otro, están las diversas comunidades de cubanos residentes en Europa, que llevan a Cuba en el corazón y en la memoria, con un conocimiento profundo y directo de su realidad compleja.
Tradicionalmente, estos caminos no siempre se han cruzado. A veces, por incomunicación; otras, por inercia. Sin embargo, en un momento histórico que exige maximizar los esfuerzos, la separación es un lujo que no podemos permitirnos. La unión estratégica entre organizaciones de solidaridad y cubanos residentes en Europa no es solo una opción deseable, es una necesidad estratégica para construir una defensa más robusta y efectiva de los intereses del pueblo cubano.
Son muchas las razones para defender esa unidad:
1. La unidad imprime fortaleza
La fragmentación nos debilita.Cuando las organizaciones de solidaridad y los cubanos residentes en el exterior trabajan por separado, duplican esfuerzos, dispersan recursos y su voz se diluye en el ruido mediático. Al unirnos, creamos una masa crítica imposible de ignorar. Podemos organizar eventos de mayor envergadura, ejercer acciones más efectivas ante las instituciones europeas y proyectar un mensaje más coherente y potente. Juntos, somos más fuertes para presionar por un cambio positivo y para contrarrestar las narrativas que buscan aislar o dañar a Cuba.
2. Romper nuestro propio aislamiento
El trabajo separado fomenta la creación de"guetos": los comités de solidaridad en su ámbito, y la comunidad cubana en el suyo. Esto es un callejón sin salida. La riqueza está en el intercambio, en crear un espacio común donde el activista europeo y el cubano residente puedan compartir experiencias, estrategias y sueños. Esta interacción crea una red transnacional poderosa, donde los lazos personales y de lucha se fortalecen, generando una comunidad de apoyo mutuo que trasciende el océano.
3. Combinar Conocimientos: La Teoría y la Práctica
Las organizaciones de solidaridad suelen tener un profundo conocimiento político e histórico,así como una valiosa experiencia en el activismo dentro del contexto europeo. Los cubanos residentes aportan una comprensión visceral, actualizada y multifacética de la realidad cubana: sus dinámicas sociales, sus desafíos económicos diarios, su cultura y sus aspiraciones. Esta combinación es imbatible. Convierte la solidaridad en una acción más informada, sensible y efectiva, evitando caer en análisis abstractos o en posturas desconectadas de la complejidad del terreno.
4. Superar el chauvinismo y la vanidad.
El trabajo en solitario puede,inconscientemente, fomentar actitudes individualistas y vanidosas. Surgen "feudos" y una cierta competencia por el protagonismo. La colaboración obliga a la humildad y al reconocimiento del otro. Para los europeos, significa evitar un chauvinismo solidario que pretenda saber lo que es "mejor" para Cuba sin escuchar directamente a su gente. Para los cubanos emigrados, implica dejar de lado actitudes sectarias y entender que hay amigos en Europa cuyo compromiso es genuino y desinteresado. El foco debe estar siempre en el bienestar del pueblo cubano, no en el lucimiento personal o grupal.
El llamado es a la acción conjunta. A crear mesas de trabajo, foros, comisiones mixtas y proyectos colaborativos. A invitarse mutuamente a sus eventos, a escucharse con respeto y a construir una agenda común.
No se trata de diluir identidades, sino de potenciarlas en un proyecto superior. La solidaridad más auténtica es la que se ejerce hombro con hombro, reconociendo que, aunque venimos de diferentes lugares, miramos hacia el mismo horizonte: la defensa de la soberanía de Cuba, su prósperidad, la defensa del sistema elegido con sacrificios desde 1959, la batalla a las agresiones que el imperialismo mantiene contra Cuba, como el bloqueo.
La unidad no es una simple palabra, es la herramienta más poderosa que tenemos. No la desperdiciemos.
Europa por Cuba mantiene con su práctica este criterio desde sus inicios.

No hay comentarios:
Publicar un comentario