Cumbres borrascosas


Por Patricio Montesinos
Tomado del periódico cubano Trabajadores (@50Trabajadores)

La eventual exclusión de Cuba, además de Venezuela y Nicaragua, de la próxima X Cumbre de las Américas demuestra nuevamente que esas citas, lejos de fomentar el dialogo, tienen como propósito dividir a la Patria Grande en beneficio de los intereses de dominación de EE.UU.

Las autoridades cubanas conocieron de tal determinación de República Dominicana, sede del referido cónclave en diciembre venidero, respondiendo a presiones de Washington para impedir la presencia de la mayor de las Antillas. 

Cuba subrayó, en un reciente comunicado oficial de su ministerio de Relaciones Exteriores, que la decisión de excluirla de la cumbre hemisférica constituye una claudicación ante las brutales imposiciones unilaterales del secretario de estado de la Casa Blanca, Marco Rubio.

Asimismo, aseguró que el régimen del mandatario Donald Trump vuelve a usar la "política de cañoneras" y la Doctrina Monroe contra la región que equivocadamente el imperio del norte insiste en que es su patio trasero. 

En el texto se afirma que otra reunión de las Américas construida sobre la segregación y la coacción está condenada al fracaso.

Y es muy cierto, porque la no participación de varios países en el encuentro de jefes de Estado y de Gobierno de Punta Cana, República Dominicana, solo servirá para dividir una vez más a Nuestra América, en favor de los designios de Washington.

A juicio de analistas internacionales, las anteriores nueve citas de las Américas no han sido otra cosa que "Cumbres borrascosas", que sucesivas administraciones de la Casa Blanca han alentado para fomentar la desunión y atacar a gobiernos que considera adversarios.

De esas reuniones celebradas desde 2015, el decano archipiélago del Caribe ha sido excluido de siete de ellas, excepto las efectuadas en 2015 en Panamá, y en 2018 en Lima, Perú.

Ahora Trump, influido por su guerrerista "asesor" Rubio, retoma pretensión de impedir la asistencia de Cuba, junto a Venezuela y Nicaragua, en Punta Cana, lo que ratifica su clara postura agresiva hacia La Habana, Caracas y Managua.

Pero lo peor, según los mismos analistas, es que países de la Patria Grande se sometan a las presiones de EE.UU.

Mientras Latinoamérica y el Caribe carezcan de una sola voz frente a Washington, jamás se logrará una verdadera independencia regional, basada en el respeto a la autodeterminación e igualdad soberana de todas las naciones.

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