Los piratas y corsarios del siglo XXI


Por Patricio Montesinos. -  Una nueva era de piratas y corsarios protagonizan en este siglo XXI EE.UU. y gobiernos de la Unión Europea (UE) que roban sin escrúpulo alguno a naciones de América Latina y de otras regiones del sur, además de a potencias internacionales como Rusia.  

Los piratas están liderados por el jefe del régimen de Washington, Donald Trump, y su secretario de Estado, Marco Rubio, que han hecho de las militarizadas aguas del Caribe su escenario de actuación principalmente contra Venezuela.

Comandos castrenses estadounidenses asaltaron hace pocos días un buque con petróleo venezolano, se lo robaron impunemente y apresaron a su tripulación.
Al unísono, disparan a lanchas en aguas internacionales caribeñas y del Pacífico, alegando sin pruebas que transportan drogas, con saldo ya de más de 80 personas asesinadas.

Trump y su bufón Rubio utilizan el pretexto infundado de tráfico de estupefacientes para justificar una agresión militar a Venezuela, intentar derrocar al gobierno legitimo del presidente Nicolás Maduro, y hacerse con el petróleo y las inmensas riquezas naturales de ese país. 

Al inquilino de la Casa Blanca y su "palanganero" jefe de la diplomacia no les basta con el bloqueo y las innumerables medidas coercitivas que les han impuesto a Caracas, también desde la UE, para destronar a Maduro, y cambiar a favor de los intereses imperiales del norte la correlación de fuerzas en las naciones de Latinoamérica y el Caribe.

Como Washington, Bruselas mantiene viejas y fracasadas medidas para ahogar a Venezuela, en complicidad con los propósitos de dominación global de EE.UU.

El bloque del viejo continente actúa como los corsarios de antaño, amparado desde su sede en la capital de Bélgica, y no solo lo hace con la patria de Simón Bolívar y de Hugo Chávez, sino también contra Rusia.

La UE tiene inmovilizados indefinidamente activos soberanos de Moscú por valor de hasta 210 mil millones de euros que les fueron congelados desde el inicio de la guerra de Ucrania con Rusia.

La mayor parte de ese efectivo se encuentra en un conocido banco belga, y lo pretenden utilizar como préstamo de ayuda al régimen fascista de Kiev para financiar su debilitado ejército.

¿Si no son piratas y corsarios de estos tiempos qué otra cosa pueden ser EE.UU. y la UE?  

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