Las diez mentiras del Embajador de los EEUU ante la ONU


Guayacan de Cuba

El Embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Mike Waltz, incurrió en múltiples falsedades durante su intervención en el debate sobre la resolución que exige el fin del bloqueo contra Cuba.

Su discurso repitió —casi punto por punto— el repertorio de argumentos ya desmentidos que Washington suele utilizar para justificar un régimen de sanciones condenado año tras año por la comunidad internacional.

Bajo la apariencia de “corregir desinformación”, Waltz reprodujo afirmaciones que no resisten confrontación con los hechos ni con la propia legislación estadounidense vigente, y que buscan desplazar el foco desde la responsabilidad material del bloqueo hacia acusaciones políticas contra Cuba.

Waltz recibió una contundente reacción del Ministro de Relaciones Exterior de Cuba, Bruno Rodríguez, que desde su escaño interrumpió al representante

“El representante permanente de los Estados Unidos no solo miente, desviándose sustancialmente del tema, sino que también se expresa groseramente y en contra de su presidente en contra de la dignidad de la asamblea y los Estados miembros. Lo está haciendo de una manera incivilizada, cruda y grosera. Eso no es aceptable en este foro democrático. Señor Waltz, esta es la Asamblea General de las Naciones Unidas. No es un chat de Signal ni es la Cámara de Representantes.”

LAS DIEZ MENTIRAS DEL EMBAJADOR ESTADOUNIDENSE:

1.-“El bloqueo no existe.

La legislación estadounidense que sostiene el bloqueo —Ley Helms-Burton (incluido su Título III), Ley Torricelli, “regla de los 180 días”, listas y sanciones sectoriales y financieras— existe y está vigente. La Resolución de Cuba contra el bloqueo no “inventa” esas normas: las documenta y muestra su aplicación práctica. Además, documentos oficiales de EE. UU., como la reedición del Memorando Presidencial n.º 5 (30/06/2025), confirman la continuidad de la política de “máxima presión” contra Cuba.

2.-“Las dificultades económicas de Cuba son responsabilidad exclusiva del gobierno de La Habana.”*

El objetivo declarado de la política estadounidense es “asfixiar la economía” para provocar un estallido social; ello incluye perseguir combustible, finanzas, turismo y cooperación médica. Ese cerco impacta precios, inversiones, logística y liquidez, y explica buena parte de las tensiones económicas actuales.

3.-“La resolución anual en la ONU es propaganda.”

La votación expresa una defensa amplia del derecho internacional y la Carta de la ONU; el despliegue inusual de presiones diplomáticas de EE.UU. para alterar votos subraya el aislamiento de esa política y la relevancia del pronunciamiento multilateral.

4.-“La escasez de alimentos y medicinas es culpa del gobierno cubano.”

Existe una cadena de cuellos de botella provocada por el cerco económico de EEUU: en salud, el Cuadro Básico de Medicamentos (651 renglones) registra una afectación del 69% y 364 fármacos en falta (56%) por trabas de pago, proveedores que se niegan a operar y prohibiciones tecnológicas que bloquean equipos o insumos con ≥10% de componente estadounidense. Esto impide adquirir o encarece severamente medicamentos avanzados y dispositivos críticos (por ejemplo, prótesis aórticas percutáneas o equipos de diálisis), con impacto directo en la atención y los indicadores sanitarios.

En alimentos, la falta de financiamiento y las negativas bancarias forzaron a dejar de importar 337 mil T de maíz y ~120,3 mil t de soya (piensos), con incumplimientos en la producción de huevos para la Canasta Familiar.

Aun las compras “autorizadas” en EE. UU. se realizan bajo condiciones no normales: licencias específicas, pago en efectivo por adelantado (sin créditos), transporte solo en buques estadounidenses y en viajes unidireccionales, lo que encarece fletes y retrasa entregas. La falta de mercancías se debe a la falta de financiamiento, acceso limitado a créditos, aumento de precios, fletes altos y retrasos en los arribos, consecuencias directas del bloqueo.

5.-“El bloqueo permite exportar libremente.”

No hay “libertad” comercial: el marco legal de EE. UU. fija una política de denegación para exportaciones/reexportaciones a Cuba (EAR) y prohíbe a subsidiarias de empresas estadounidenses en terceros países comerciar con Cuba; además rige la “regla de los 180 días” que disuade a navieras de tocar puertos cubanos, y las ventas agrícolas permitidas exigen pago en efectivo por adelantado, sin financiamiento estadounidense. Todo ello restringe y encarece cualquier operación, tanto para exportar como para importar.

A esto se suma la persecución financiera extraterritorial: multas y amenazas a bancos y proveedores, negativas de abrir o mantener cuentas, y operaciones bloqueadas que cortan flujos de pago y cobranza. El propio informe de Cuba recoge casos recientes (multa OFAC a EFG; negativa de abrir cuenta para la EXPO Osaka; cierres de cuentas de embajadas) y cuantifica afectaciones generalizadas a contratos, cartas de crédito y transferencias.

Es decir, lejos de “exportar libremente”, Cuba comercia bajo veto, licencias y miedo regulatorio; de hecho, el documento enumera medidas que Washington podría autorizar —biomedicina, minería, turismo, flexibilización de licencias de inversión, elevar el umbral del 10 % de componente estadounidense, autorizar corresponsalías bancarias, retirar a Cuba de la lista SSOT y suspender el Título III— y que hoy obstaculiza.

6-“Cuba tiene libertad plena para comerciar con otros países.”

Las medidas secundarias (extraterritoriales) de EE.UU. disuaden y castigan a terceros (bancos, navieras, aseguradoras), elevando costos y riesgos de operar con Cuba, lo que restringe la libertad real de comercio.

7.-“El gobierno cubano trafica con su personal médico.”

Cuba sostiene cooperación internacional voluntaria y ampliamente reconocida; la persecución de EE.UU. busca cortar esos ingresos y privar a poblaciones vulnerables de servicios esenciales, ignorando estándares de la ONU y OPS.

8.-“El gobierno cubano se beneficia del mercenarismo.”

Cuba aplica “tolerancia cero” al mercenarismo y ha procesado penalmente a reclutadores; no respalda ni consiente participación de nacionales en conflictos externos.

9.-“Cuba desestabiliza el hemisferio.”

Lo desestabilizador es el despliegue militar y el chantaje diplomático de EE.UU. en el Caribe y la región; Cuba y la CELAC sostienen el principio de ‘Zona de Paz’.

10.-.“Cuba contribuye a la ‘maquinaria de guerra’ Rusa.”

Cuba no participa en la guerra en Ucrania ni envía efectivos; ha desarticulado redes de reclutamiento y sanciona el mercenarismo. El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, interrumpió al embajador estadounidense Mike Waltz en la Asamblea General de la ONU y lo acusó de mentir “de manera incivilizada, cruda y grosera” durante el debate sobre la resolución que exige el fin del bloqueo económico a la isla.

El enfrentamiento ocurrió este martes en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, en el marco de la discusión anual del proyecto de resolución cubano contra el bloqueo impuesto por Estados Unidos desde 1962.

Rodríguez intervino directamente desde su escaño para responder a las declaraciones de Waltz, quien defendió la política de sanciones y negó la existencia del bloqueo.

“El representante permanente de los Estados Unidos no solo miente, desviándose sustancialmente del tema, sino que también se expresa groseramente y en contra de su presidente, en contra de la dignidad de la Asamblea y los Estados miembros. Lo está haciendo de una manera incivilizada, cruda y grosera. Eso no es aceptable en este foro democrático. Señor Waltz, esta es la Asamblea General de las Naciones Unidas. No es un chat de Signal ni es la Cámara de Representantes”, expresó Rodríguez.

Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Waltz repitió argumentos ya desmentidos por la comunidad internacional, como la afirmación de que “no hay ningún bloqueo” y que Cuba puede importar libremente alimentos, medicinas y bienes humanitarios desde cualquier país, incluido Estados Unidos.

El embajador insistió en que las dificultades económicas de la isla son responsabilidad exclusiva del Gobierno cubano y acusó a La Habana de violar derechos humanos, practicar trabajo forzado en la producción de carbón y cigarros, mantener presos políticos y desestabilizar democracias en el hemisferio.

Además, Waltz calificó la cooperación médica internacional de Cuba como “una fuente de efectivo para el régimen” y pidió a los Estados miembros abstenerse o votar en contra de la resolución.

“Absténganse de esta votación o voten en contra. Estados Unidos y nosotros de manera muy entusiasta acogemos con beneplácito su apoyo”, concluyó.

En respuesta, Cuba presentó un informe detallado que identifica diez afirmaciones de Waltz como falsas. Entre ellas, destaca que la legislación estadounidense —incluyendo la Ley Helms-Burton, la Ley Torricelli y regulaciones como la “regla de los 180 días”— sí impone un bloqueo efectivo, con medidas extraterritoriales que persiguen transacciones financieras, disuaden a navieras y encarecen importaciones.

El documento cubano señala que el 69% del Cuadro Básico de Medicamentos está afectado, con 364 fármacos en falta debido a trabas en pagos, proveedores y tecnologías con componentes estadounidenses.

En alimentación, se dejaron de importar 337 mil toneladas de maíz y 120,3 mil de soya por falta de financiamiento, lo que impactó la producción de huevos para la canasta familiar normada.

También se documentan multas de la OFAC a bancos internacionales, cierres de cuentas de embajadas cubanas y negativas para operaciones comerciales, incluso en terceros países.

Cuba propone medidas concretas que Washington podría adoptar para aliviar el cerco, como flexibilizar licencias, elevar el umbral del 10% de componente estadounidense y suspender el Título III de Helms-Burton.

La resolución ha sido aprobada durante 32 años consecutivos con abrumadora mayoría, reflejando el rechazo global al bloqueo.

Este año, el debate se desarrolló en un contexto de presiones diplomáticas estadounidenses para alterar votos, según denuncias de varios países.

Waltz mantuvo su postura sin responder directamente a la interrupción de Rodríguez, mientras el canciller cubano subrayó que el pronunciamiento multilateral defiende la Carta de la ONU y el derecho internacional.



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