Rara vez en la Historia se ha visto igual perennidad
en la voluntad de vilipendiar, de atacar injustamente y con tanta saña a un
país soberano.
Expresamos todo nuestro repudio ante tales incriminaciones que buscan justificar las políticas de asfixia económica y financiera impuestas a la nación cubana, así como la financiación de la contrarrevolución y el mercenarismo perpetrado a través de sujetos vandálicos como los del mal llamado movimiento
San Isidro. Denunciamos cualquier manifestación pública de estos sujetos similar a la que tuvo lugar en la jornada del 4 de abril en ese barrio de La Habana.El contrato que espuriamente contrajo el sedicioso
Luis Otero Alcántara con el Instituto Nacional Demócrata de los Estados Unidos,
subcontratista de organizaciones con historial de garantizar fondos para la
subversión en Cuba, es señal de su estatus confirmado de mercenario. Dicha
agencia es una suerte de tanque pensante para determinados sectores de la
política de Washington y desde los años 1990 del siglo pasado intenta influir
en la sociedad cubana. Hay pruebas contundentes de que este Instituto acordó
una asistencia financiera a Otero Alcántara de hasta mil dólares mensuales para
realizar actividades entre el 2 de enero de 2021 y el 4 de enero de 2022, así
como de su relación con Carla Josefina Velázquez, directora del Programa de Participación
Ciudadana del referido Instituto, en cuya cima está Madeleine Albright,
exsecretaria de Estado durante el segundo mandato de Bill Clinton, periodo con
intensa actividad contra Cuba.
Repudiamos el guion de golpe blando y la manera en
que, en este contexto de crisis sanitaria mundial, los contrarrevolucionarios
impulsan planes para generar un enfrentamiento entre la población y el Gobierno
cubano. Según datos públicos, en las últimas dos décadas Washington dedicó
cerca de 250 millones de dólares para los programas de agresión contra Cuba.
Cuba resiste con dignidad ante las calumniosas
inculpaciones del vecino del norte y muy a pesar de que el país que lo acusa
sigue siendo el principal obstáculo para el desarrollo de la patria cubana, con
el brutal bloqueo económico, comercial y financiero que este le impone desde
hace mas de 60 años.
Pese a ello, la ayuda ofrecida por Cuba al mundo con
57 brigadas médicas cubanas, pertenecientes al Contingente “Henry Reeve”, que
han apoyado el enfrentamiento al nuevo coronavirus en 40 países, 22 de ellos en
la región de las Américas, es una prueba más que sobrada de su profundo
humanismo.
A pesar del férreo cerco del bloqueo, Cuba ha creado
además 5 vacunas para proteger a su pueblo, superando mayores obstáculos que
sus pares en los laboratorios occidentales (escasez de equipos, repuestos y
otros suministros) causados por la política de EE. UU y ha enfrentado de manera
ejemplar la lucha contra la epidemia del Covid-19. Vale recordar que hoy 6 de
abril, hace exactamente sesenta y un años que, un memorándum secreto del
Departamento de Estado de los Estados Unidos, escrito como bien sabemos por el
Vicesecretario de Estado Asistente para los Asuntos Interamericanos Lester D.
Mallory, refería su intención de aniquilar la existencia misma de su pueblo
cubano, privándolo de dinero y suministros, de reducir sus recursos financieros
y de provocar hambre y desesperación. Y esa política genocida, como lo
demostraron las más de 240 medidas tomadas en contra de Cuba por Donald Trump,
mantenidas hasta la actualidad por el mandatario Joe Biden, no ha cambiado
ni un ápice.
La voluntad de Cuba de salvar a su pueblo y a muchos
hombres y mujeres del mundo, desmiente sobremanera cualquier informe, cualquier
mentira o patraña orquestada en contra de ella. Por esa razón, le expresamos
una vez más todo nuestro apoyo y exigimos que se le respeten sus derechos a la
autodeterminación y como país, y les recordamos a quienes quieren verla de
rodillas que Cuba no está sola.
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