Desde el pasado 13 de marzo los bancos cubanos aceptan la tarjeta MIR, emitida en Rusia, que permite realizar extracciones de dinero convirtiendo rublos en pesos cubanos, y que favorece las transacciones de turistas o empresarios de la nación euroasiática en la Isla.
Este sistema de pago desafía el criminal bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba desde hace más de seis décadas, porque establece vínculos entre organizaciones financieras de los dos países, incluyendo a terceros que utilicen esas pasarelas.
La agencia rusa Sputnik citó, en días recientes, al embajador en La Habana, Andrei Guskov, quien expuso esos argumentos y añadió que la puesta en marcha de ese sistema debe tener un efecto positivo en el aumento del flujo de turistas rusos a la Isla.
Igualmente, el profesor titular Luis René Fernández Tabío, investigador del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional de la Universidad de La Habana, valoró que «es un aporte a la balanza de pagos, y con ello el país puede importar de la nación euroasiática bienes y servicios», además de proteger el vínculo bilateral del impacto negativo del bloqueo.
Para Fernández Tabío también resulta una ventana que contribuye a romper los efectos directos e indirectos de la guerra económica aplicada contra Rusia a través de las sanciones de Occidente, y que prohíben importar y exportar bienes, servicios y tecnología.
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